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Las relaciones entre jefes y empleados no siempre son buenas, pero tampoco tienen que ser malas. Como con cualquier otra persona, las relaciones tienen que ser, como mínimo, cordiales. Al ser el lugar de trabajo, es imprescindible que haya una buena relación, no solo porque así será más fácil desempeñar el trabajo sino porque un empleado que tiene problemas con su jefe tarde o temprano será despedido.

Sea la relación entre ambos muy buena, normal o mala, hay cosas que nunca se pueden decir ya que sobrepasan la línea que no se debe sobrepasar. Un jefe siempre será un jefe, y por muy “buen rollo” que haya con él, hay una barrera que le separa de los empleados, y ni unos ni otros deben superarla. Por ejemplo, algo que un empleado jamás le puede decir a su jefe es “a mí no me pagan por eso”.

Valora el trabajo:

Si te dan un trabajo y te parece sencillo, no presumas de ello, es un error con el que no conseguirás que te valoren más, por mucho que es lo que piensas. Decir algo como “eso está chupado para mí” o “esto lo puede hacer cualquiera” hace que tu jefe piense que hasta ahora te ha valorado como profesional pero que en realidad es un trabajo que puede hacer cualquiera y tú no valoras.

Culpar a otros:

Es algo que hace mucha gente para quedar bien y para salvarse de una posible reprimenda, pero en el fondo hace que quedes mucho peor. Echarle la culpa a un compañero de algo que ha salido mal está muy mal visto por la empresa. No es cuestión de que digas que la culpa es tuya, pero hay que asumir responsabilidades ya que el trabajo suele ser en equipo.

Preferir otro trabajo:

Hay mucha gente que empieza a trabajar en un lugar aunque su sueño es trabajar en otro. Básicamente, a todos nos ha pasado alguna vez ya que por motivos económicos debemos aceptar un trabajo que no termina de llenarnos pero que nos ayudará mientras no encontremos el que realmente nos hace felices. De todas formas, nunca digas en la empresa cosas como “esto es solo temporal, no quiero hacer este trabajo toda la vida”, ni a tus compañeros ni a los jefes.

No ser un dictador:

Este consejo es para los jefes, que también tienen que evitar unas cuantas cosas. Una cosa es ser el jefe y tener que organizar un equipo de trabajo y dar órdenes, pero no hay que caer en el error de ser un dictador y soltar joyas como “yo soy quien te paga así que tienes que hacer lo que te pida”. Precisamente, con eso conseguirás que no haya motivación entre tus empleados.

Escuchar a tus empleados:

No caigas en el error de ser de esos jefes que no escuchan consejos o peticiones de sus empleados, especialmente si se trata de alguna recomendación con la que se puede mejorar el trabajo o las condiciones del mismo. De vez en cuando, organiza reuniones con el personal para que aporten sus ideas para mejorar la empresa o digan qué necesitarían para poder tener un mayor rendimiento laboral.

Fuente: http: //www.managementjournal.net/