Cuando trabajamos con personas que piensan diferente, una de las mejores formas de tomar una decisión es usando el consenso, ya que el equipo completo puede sentir que fue considerado y tomó parte activa para solucionar un problema. El consenso no significa solicitar que todos los que estén “a favor” levanten la mano, para nada es hacer un conteo de los que están “a favor” o bien “en contra”, y por lo tanto la mayoría gana.
El consenso brinda la oportunidad de que todos los integrantes del equipo influyan en la dirección, rumbo que éste ha de tomar y de que el liderazgo se base en el conocimiento y la experiencia de los miembros que cuentan con ella. Propicia que se den
a conocer las opiniones de la minoría, permite la inmediata discusión, aclaración de dudas y solución de conflictos.Sugerencias para tomar decisiones por consenso, (también pueden ser aplicadas a nivel individual).
1.- La posición personal no es la que debe ganar:
A veces llegamos a pensar que nuestra experiencia y conocimientos son la verdad absoluta, y por lo tanto nos aferramos a nuestras ideas, sin tomar en cuenta que tomar decisiones requiere de romper paradigmas, creatividad
e innovación. Nuestro pensamiento convergente le da muchas vueltas al mismo problema, a diferencia el pensamiento divergente opta por evitar que la postura personal sobre el problema influya para tomar una decisión.
2.- Buscar el ganar–ganar:
La mayoría de los conflictos se originan en el seno de nuestras relaciones más importantes y, por tanto, de mayor interdependencia. A largo plazo es imprescindible que los dos ganemos. La solución suele requerir diferentes
puntos de vista, por lo cual se hace necesaria la participación comprometida de las partes.
Al buscar una relación ganar–ganar, significa también ponerse en el lugar del otro, comprender sus ideas y sentimientos, su forma de comportarse para saber cómo puedo comunicarme, expresarme e influir en esa persona o
grupo de personas.
3.- Cuidar la postura corporal:
Actualmente se tiene la idea de que incluso la postura corporal puede influir en la toma de decisiones, si se está de pie se sugiere mantenerse erguido, es decir evitar encorvarse o cargarse hacia la izquierda o derecha,
puede ayudar a concentrarse y pensar con claridad. De manera reciente, los altos ejecutivos incluso recurren al apoyo de un consultor en lenguaje corporal, ya que esta influirá sobre su interlocutor y sobre sí mismo.
Los errores no se podrán evitar, sin embargo si se podrá estar más preparado para tomar mejores decisiones una vez que se ha recibido un entrenamiento al respecto. La primer tarea es observarse, con el fin de conocerse
mejor a sí mismo, estar conscientes de cuál es la postura habitual que adoptamos, luego hacer el ejercicio de colocarse en postura erguida cada vez que se toma una decisión en la oficina, a continuación hacer un análisis para determinar
si a lo largo del tiempo optar por dicha postura ayuda a pensar con claridad y concentrarse mejor.
4.- Discutir las opciones:
Es probable que surjan diferencias mientras el equipo se encuentra en la labor de crear un consenso, es natural y esperado que surjan estás, y deben ser vistas como la «chispa» que les permitirá tomar la mejor decisión.
Cuando el equipo haya discutido todas las opciones, estará listo para comenzar el último paso del proceso de creación de consenso, esto es la alternativa que pueda ser aceptada por todos y que todos estén dispuestos a apoyar.
5.- Considerar todos los factores:
Esta técnica fue planteada por Edward de Bono como una forma de tomar decisiones. Una vez que decidimos entre lo positivo y negativo de una decisión, el siguiente paso será anotar todos los factores que se requieren considerar.
Comenzamos haciendo un listado de los factores más obvios, por ejemplo; quien decide implementar un programa de capacitación para desarrollar al personal de una empresa comienza por determinar los temas, número de personal
contemplado, fechas, materiales, instructores, y una vez que se consideraron los factores obvios, en esa misma lista también se contemplarán todos aquellos factores que impactan sobre el objetivo de la decisión tomada, por ejemplo;
medir la efectividad del programa a corto, mediano y largo plazo, identificar como se aplicará a los objetivos de la empresa, verificar que corresponde a los intereses del personal, impacto del flujo económico de la empresa, etc.
Dejar un factor fuera puede significar la falta de efectividad en nuestra decisión. El paso que a continuación sigue es la priorización de todos esos factores.
6.- Enfocarse en el cliente:
Cuando tomamos decisiones nuestra prioridad debe ser nuestro cliente interno o externo según sea el caso. Sin clientes no existe la empresa, cualquiera que esta sea, así que ¿quién debe resultar ganador de nuestras decisiones?
Respuesta: nuestro cliente. Al tomar un enfoque centrado en el cliente, descolocamos cualquier idea errada que al interior del equipo quien debe ganar la toma de decisiones es el jefe.La toma de decisiones acertada es vital para
el avance del equipo hacia los objetivos de la organización, de igual manera para se pueden tomar estas sugerencias a lo largo de las decisiones que afecten nuestras metas, incluso en el ámbito personal.