Una de las cosas que más satisfacen al ser humano es trabajar en equipo. Piensen en algún equipo extraordinario al que hayan pertenecido.Esa sensación de trabajar juntos por algo que vale la pena, confiando unos en otros, apoyándose y sintiendo que todos
estamos en el mismo barco es realmente grandiosa.
Ojalá todos los equipos a los que pertenecemos fueran así…pero la realidad es que hay actitudes que algunos miembros del equipo toman que hacen que no podamos fluir y se genere desgaste.
Una de esas es el “yo primero y tú después”. Se presenta en esas personas que sienten que la prioridad número uno son ellas y que los demás estamos en segundo lugar. Que necesitan nuestra ayuda de inmediato y que cuando
nosotros necesitamos de la suya… pues ya veremos.
También está el “intenso”. Se concentra en lograr sus resultados y es tan perseverante que mueve cielo y tierra para lograr lo que quiere. Hace seguimiento excesivo, copia a quien no necesita estar copiado, llama a todos los que cree que lo pueden ayudar.
El problema con los intensos es que agotan a los demás y aunque logran resultados en el corto plazo, van desgastando la relación y terminan siendo saboteados por el grupo en el largo plazo.
Luego tenemos al “yo no me equivoco”. No importa que tan evidente sea su error o su falta de información, siempre encuentra un argumento para demostrar que tiene la razón, que el culpable es otro y que sabe de lo que está
hablando. Odia decir “no sé” y lo que no sabe, se lo inventa.
El cuarto personaje de hoy es el “incumplido”. Dice que sí pero siempre se presenta algo “fuera de su control” que hace que no lo pueda cumplir. Experto en crear excusas, trata de quedar bien con todo el mundo y queda
mal con la mayoría.
Si se fijan lo que hay en común en estas actitudes, es el olvidarnos de que somos parte de un equipo y concentrarnos en nosotros mismos. Los equipos verdaderamente poderosos tienen claro que la prioridad es el resultado
del equipo, no el resultado individual. Es fácil caer en alguna de estas actitudes pues nuestro sistema de recompensas se basa principalmente en los logros individuales y perdemos de vista fácilmente a los demás.
Lo interesante es que está demostrado que los profesionales exitosos, esos a los que les va muy bien en su carrera, han logrado muy buenos resultados individuales, pero los han logrado a través de sus equipos, trabajando
junto con ellos y no acosta de ellos.
Les tengo dos invitaciones:
Darse cuenta: véanse desde fuera como miembros del equipo. ¿Si se miran de manera objetiva, creen que están jugando un buen papel dentro del grupo? ¿Tienen alguna de las actitudes que presentamos arriba?
Cuéntenos su experiencia: ¿Qué otras actitudes pueden identificar en las personas que los rodean y que entorpecen el trabajo en equipo? Nos encantaría descubrir con ustedes más de esos personajes que desgastan y entorpecen.
Fuente:
http://www.guiadecapacitacion.com/