Los expertos señalan que no generar confianza puede ser el error más costoso para los directivos.
Lo que parece obvio no siempre predomina. Todo líder cree saber como fomentar la confianza entre sus empleados asumiendo que basta con la seguridad que tiene sobre sí o en sus cualidades.
Lo que expertos en el área revelan ahora es que no es suficiente esto para dar por sentado el éxito firme de una gestión: para crear esperanza y seguridad a sus empleados, un líder debe hacerse ver como un empleado más,
uno más del equipo.
Según revela el especialista en apoyo a directivos Peter Vajda, “El único elemento que crea la confianza es el comportamiento individual. La confianza es el motor que lleva a los equipos a ir a la milla extra, a trabajar por el bien del equipo y la organización”.
El experto asegura en un artículo que ha publicado en el digital especializado Management-Issues que fomentar la comunicación abierta y honesta y el respeto mutuo para generar apoyo debe ser la misión de todo líder con
ética.
El estudioso confirma que la desconfianza, por el contrario, a menudo se deriva de una actitud "yo primero", mentalidad que desencadena el conflicto y el egoísmo.
No existe el “yo”, solo un “nosotros”
Según explica Vajda, lo primero que se debe hacer es cambiar la manera en que se expresa un jefe, sus afirmaciones y su discurso debe estar alejado de la palabra “yo”, un “nosotros” en cambio, le ayudará a dar el primer
paso en la dura carrera de conseguir el beneplácito de sus empleados, que a partir de entonces dejarán de ser sus subordinados para convertirse en “compañeros” de trabajo. Su equipo.
En tiempos como los que vivimos, con una cultura caracterizada por la desconfianza, cuando las relaciones laborales sufren, sufre el rendimiento, la producción y las ganancias. Así que, el experto insiste en hacer que
los lideres de hoy en día se planteen ¿cómo podrían estar contribuyendo a la desconfianza en su equipo?, para descubrir de dónde proviene esa fuga de energía que conlleva a perder el norte de una organización, la productividad
al 100%.
Vajda, por su parte, señala 25 comportamientos que considera contribuyen a promover la desconfianza dentro de un equipo.
Hábitos no saludables
1.- No mantener las promesas, acuerdos y compromisos.
2.- Promover el bienestar laboral propio en primer lugar, y el de otros sólo cuando es conveniente.
3.- Tener una cultura de microgestión y jamás delegar en otros.
4.- Contradicción entre su discurso y su manera de actuar.
5.- No compartir información crítica con sus colegas para buscar soluciones.
6.- Optar por no decir la verdad.
7.- Evadir sus responsabilidades y buscar culpables para sus errores, por miedo a asumir que se ha equivocado.
8.- Juzgar, culpar y criticar en vez de ofrecer una retroalimentación constructiva.
9.- Traicionar confidencias, chismes y hablar de los demás empleados a sus espaldas.
10.- Optar por no permitir que otros contribuyan a tomar decisiones.
11.- Restar importancia a los demás talentos de su organización, conocimientos y habilidades.
12.- Negarse a apoyar a los demás con su desarrollo profesional.
13.- Resistirse a la creación de valores compartidos, expectativas e intenciones a favor de su propia agenda.
14.- Negarse a rendir cuentas a sus colegas.
15.- Resistirse a hablar sobre su vida personal, para evitar revelar sus debilidades y admitir sus problemas.
16.- Asumir el sarcasmo, el desprecio, humor negro y comentarios desalentadores como actitudes "buenas para el grupo."
17.- No admitir que necesita ayuda para no sentirse menos.
18.- Tomar las sugerencias de los demás y las críticas como ataques personales.
19.- No hablar en las reuniones de equipo y evitar contribuir de manera constructiva.
20.- Negarse a considerar la idea de conflicto constructivo y evita conflictos a toda costa.
21.- Apropiarse siempre de las reuniones del equipo para evitar discutir otros temas de la empresa que le puedan perjudicar.
22.- Negarse a seguir las decisiones acordadas en las reuniones del equipo.
23.- En secreto conspirar negociaciones con otros miembros del equipo para crear sus propias alianzas.
24.- Negarse a dar a otros el beneficio de la duda y prefiere juzgarlos sin pedirles explicación de sus acciones.
25.- Negarse a pedir disculpas por sus errores, malos entendidos y comportamientos inadecuados para defenderse y proteger su reputación.
La integridad y la humildad triunfan
Cuando usted se presenta ante su equipo desde la integridad y la humildad, los demás le verán como un jefe original y romperá con el paradigma del jefe de cuello blanco. Como tal, sus compañeros de equipo comenzarán a
confiar en usted, pues sentirán que pueden relacionarse con usted de una forma muy genuina y sincera.
Comunicación y trabajo en equipo son la verdadera ecuación de la calidad humana de la confianza, no la técnica, no la tecnología. Cuando la confianza es alta, la comunicación es fácil y sin esfuerzo. Y a nivel de productividad
como jefe conseguirá más de empleados que le ven como un compañero y confían en su gestión, les es más sencillo dedicar innumerables horas de trabajo por un objetivo en común con su líder que por algo o alguien en quien no creen
ni sienten respeto.
El experto concluye: “nadie está dispuesto a dar el 100% a alguien en quien no se puede confiar. Punto!” y nunca mejor dicho, somos seres emocionales, nos mueve el amor hacia la vida, hacia una persona o hacia un proyecto
y sólo cuando nos sentimos importantes buscamos el éxito.
Fuente:
http: //www.managementjournal.net/